Tu toalla ya no seca. Descubre por qué y qué puedes hacer para que eso no ocurra más.
¿Para qué sirve una toalla? Efectivamente: para secar y, más concretamente para secarte con ella después del baño, de la ducha, de lavarte la cara o asearte las manos.
Esa es su principal misión. Pero, a veces, con el paso del tiempo (y en ocasiones, en cuestión de pocos meses o incluso semanas), la toalla que has comprado no seca igual que al principio de usarla o, directamente, notas que ya no seca e incluso, después de utilizarla, se queda demasiado mojada y huele a humedad. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo?
En el artículo de hoy, desde La Sastrería del Hogar, te lo contamos.Las toallas, como cualquier ropa de hogar, tienen distintas calidades. El precio final lo determina la materia prima utilizada y la confección. Elegir un juego de toallas de calidad es una inversión directa en su durabilidad y una garantía de que va a cumplir perfectamente su función de absorción, esto es: secar bien tu piel y hacerlo de manera suave; sin agredir ni rascar.
Entonces ¿en qué debes fijarte?
- Materia Prima
Las toallas se deben confeccionar con algodón 100%.
¿Sabías que no hay solo un tipo de algodón?
¡Puedes leer más en nuestro artículo: algodón no solo hay uno! https://lasastreriadelhogar.com/algodon-no-solo-hay-uno/
Si, por ejemplo, te haces con una toalla confeccionada con Algodón Egipcio 100% o Algodón Egeo Turco 100% la garantía de calidad es indiscutible.
Desde La Sastrería del Hogar, nuestro consejo es que apuestes por el algodón 100% y de calidad; que evites fibras como el poliéster en tus toallas; que no optes por las mezclas de fibras ni por aquellas toallas confeccionadas con algodones cuya calidad no está certificada.
Esas toallas, más pronto que tarde, dejarán de secar.
- Gramaje
El gramaje en una toalla es sencillamente su peso (gramos) y la cantidad de hilo de algodón utilizado por cada metro cuadrado. Un buen gramaje garantiza un secado óptimo. Cuando el gramaje de la toalla oscila entre los 500 y 550 gramos/m2 te asegura una buena capacidad de absorción. Pero el gramaje no lo es todo: de poco sirve un gramaje alto sin calidades en la materia prima. La materia prima es siempre lo primero que tienes que valorar al hacerte con un nuevo juego de toallas.
- Hidrofilidad
La capacidad de absorción y secado de una toalla se mide y se llama nivel de hidrofilidad. El nivel 4 es el máximo. Normalmente está indicado en la información del artículo y etiquetado.
- Rizo
¿Te suena lo de toallas de rizo americano, rizo convencional o rizo de baja torsión?
¡Toma nota! Estos son los tres tipos mayoritarios para confeccionar o hilar una toalla.
- Rizo convencional
La fabricación de las toallas de rizo convencional suele ser la más sencilla. Se utilizan fibras cortas y no suelen tener gramajes muy altos (350-400 gramos/m2).
El rizo tiene hilo doble y, al ser más económicas, se han utilizado tradicionalmente en hostelería.
- Rizo americano
El rizo americano se caracteriza por estar torsionado y la confección de estas toallas es más costosa que la de las toallas de rizo convencional. La torsión del rizo le otorga a la toalla un aspecto con más volumen y un tacto más denso.
Para su confección se utilizan fibras más largas y bases con mejores calidades de algodón.
El rizo americano aporta un tacto específico a la toalla. Y, por supuesto, optar por una toalla de rizo americano o de rizo convencional, en cuanto al tacto se refiere, es una cuestión de gustos.
Por otro lado, las toallas de rizo americano tienen menos parafina en su hilatura y, por ese motivo, el rizo se ‘despeina’ más que las de rizo convencional.
- Rizo de baja torsión o no torsionado
Últimamente el mercado ha evolucionado y puedes encontrar en las tiendas toallas confeccionadas con una fibra aún más larga y cuyo rizo es el conocido como de baja torsión o no torsionado. El tacto de estas toallas es muy, muy suave; son unas toallas “nube”. Este tipo de toallas proporcionan una absorción hasta 10 veces mayor que la de rizo convencional.
Materia prima, tipo de rizo, nivel de hidrofilidad, gramaje…
Si tienes en cuenta estos detalles cuando te hagas con tus toallas para el lavabo, baño y tocado: acertarás seguro.
Y recuerda que tienes que tocar las toallas cuando vayas a comprarlas. Tu sensación al hacerlo te guiará para saber cuál te gusta más.
Pero no debes olvidar algo muy, muy importante.
La ropa de hogar hay que cuidarla y, en el caso de las toallas, un error que todos cometemos muy a menudo está justo ahí: en la lavadora y más concretamente en las cubetas del detergente y del suavizante.
Consejos para cuidar tu toalla
- Las toallas hay que lavarlas por separado del resto de la colada. Además, las que sean blancas con las blancas y las de color con las de color.
- ¡No cargues la lavadora en exceso para que el centrifugado pueda eliminar fácilmente el exceso de agua!
- ¿Detergente?, ¿suavizante? Mucho cuidado con las cantidades. Opta siempre por un detergente neutro porque es menos abrasivo y elige una temperatura baja y un programa largo para recuperar el tacto suave de tus toallas. Por otro lado, el suavizante es una parafina y directamente impermeabiliza la felpa. Es decir, tu toalla perderá capacidad de hidrofilidad. Si te pasas con el detergente y el suavizante, van a quedar restos en la toalla en la fase de aclarado y cuando la seques: se quedará dura y acartonada. Será una toalla que no seque bien y será molesta para tu piel. Puedes pensar que si centrifugas más conseguirás quitar los restos de suavizante. Pero no es así. Lo que conseguirás es eliminar el sobrante de agua y friccionarás de una manera brutal las fibras por lo que lo más probable es que tengas tirar en breve la toalla y comprar otra.
Te suele gustar el olor del suavizante en las toallas, ¿verdad? Y la palabra suavizante implica aportar suavidad, por eso incluso a veces echas el suavizante en la cubeta pensado que, a mayor cantidad de suavizante, más suavidad. Pero, en el caso de las toallas, abusando del suavizante puedes conseguir justamente lo contrario: toallas ásperas que no sequen y que huelan a humedad. Si te gusta que tus toallas huelan, siempre puedes hacerte con un ambientador para ropa de hogar y elegir la fragancia que más te guste para tus toallas. En una toalla lo que garantiza la suavidad son las fibras con las que está confeccionada (cuanto más largas mejor) y, como hemos contado antes, su gramaje y nivel de hidrofilidad.
- Secado. Te aconsejamos que siempre, y si tienes secadora en casa, les des un golpe de secado a tus toallas; les irá genial para recuperar el rizo. Y, si las secas al sol, mejor que no lo hagas directamente (el sol es un abrasivo natural). Acostúmbrate al secado al aire.
Si tu toalla o albornoz ya no secan recuerda fijarte en todos estos detalles cuando decidas adquirir unas nuevas y no olvides cuidar su lavado y secado para que siempre sequen como el primer día.
¡Ah! ¡Y toca la toalla cuando vayas a comprar una nueva!
En cuestión de gustos: para toallas, ¡rizos!