Duermes para esta despierto. ¡Es así! Si no durmieras no podrías enfrentarte a la actividad física, mental y emocional que implica vivir. Lo importante es si has dormido bien; es decir, si has descansado para estar dispuesto a comerte el día.
Dormir es una necesidad fisiológica básica, de la misma manera que lo es beber o comer. Pero lo curioso es cómo hemos transformado esa necesidad en algo más. Si comer puede convertirse en todo un ritual y en un auténtico placer, irte a la cama también puede significar mucho más que solo irte a dormir.
Es un hecho: pasas el 30% del día -en el mejor de los casos- durmiendo o, lo que eso mismo: ¡25 años de tu vida! ¡Ojo! No pienses que todo ese tiempo es un tiempo perdido; es un tiempo invertido porque directamente dormir es bueno para tu salud y también para tu productividad. Pero no es lo mismo dormir que descansar. No es lo mismo la cantidad de horas de sueño que la calidad del sueño. No es lo mismo.
Puedes dormir y no descansar. Puedes descansar y no estar durmiendo. Pero cuando llega la hora y toca ir a soñar, lo ideal es dormir descansando o descansar durmiendo. Aquí entra en juego un concepto clave; el sueño reparador. Te suena, ¿verdad?
Cada uno de nosotros tiene una necesidad mínima de horas de sueño. Aunque lo habitual son 8 horas diarias, hay personas que con 6 horitas están como una rosa. Lo importante es que conozcas cuál es el número mínimo de horas que necesitas dormir para encontrarte bien y, en segundo lugar, que tengas en cuenta varios factores que pueden mejorar la calidad de tu descanso nocturno para que sea realmente reparador.
Por ese motivo, desde La Sastrería del Hogar, queremos compartir contigo algunas recomendaciones que te ayuden a dormir a pierna suelta, Empieza por probar alguna. Cuando se convierta en un hábito, incorpora otra y así sucesivamente.
6 Tips para dormir genial y levantarte lleno de energía.
- El colchón se viste.
Es muy importante que elijas bien un colchón. No tenemos ninguna duda. Pero también es esencial que vistas tu cama con ropa de calidad y que la adaptes a la climatología actual.
- Cambio de armario ropa de cama.
Pasar frío es tan poco aconsejable como pasar calor. Es muy difícil conciliar el sueño si estás helado o la temperatura es excesiva. Por eso es importante que las materias primas de tu ropa de cama te ayuden a regular tu propia temperatura corporal. Por ejemplo, un edredón o unas sábanas de franela de buenas calidades son geniales en invierno; en primavera, prueba con un edredón ligero y si te decides por unas sábanas de lino en verano acertarás seguro. Si haces el cambio de armario con tu ropa: haz lo mismo con tu ropa de hogar; especialmente con los juegos de sábanas.
- Fuera efecto peeling en las sábanas.
Esas bolitas odiosas que salen debido a la fricción y al uso de tejidos de fibras cortas y calidades bajas son muy molestas para conciliar el sueño y tienen mucho que ver con la baja calidad del tejido.
- Fondo de armario ropa de cama.
Empieza a crear tu fondo de armario de ropa de hogar apostando por las calidades. Si lo cuidas, te durará toda la vida. Recuerda; dormir no es un tiempo perdido. Es una inversión.
- Fuera tecnología.
A la cama: a dormir. Deja el móvil y el cargador fuera de la habitación. Y si utilizas el dispositivo móvil como reloj, mejor hazte con un despertador de los de antes. Los móviles producen la llamada contaminación invisible. No puedes ver las ondas que emiten, pero están y afectan directamente a tu capacidad para conciliar el sueño,
- Érase una vez.
¡Ah! Y si tienes televisión en la habitación sustitúyela por un buen libro; es una actividad mucho más saludable porque directamente relaja tu cerebro.
Si hoy te levantas y estás de mal humor, no es que te hayas levantado con el pie izquierdo. Seguramente tu sueño no haya sido especialmente reparador. No es broma; es una de las principales causas de que te levantes torcido.
Empieza por poner en práctica algunos de estas recomendaciones y mima y cuida el lugar donde sueñas.
Nosotros ya nos vamos a dormir; con un buen libro, por supuesto. ¡Buenas noches!
¡¡Y no dejes de comentarnos qué hábitos empiezas a modificar para dormir mejor!!